
Y ese fue el hallazgo principal: en comparación con el resto, era un 40% más probable que aquellos que habían desarrollado recientemente la enfermedad celíaca hubieran sido tratados con algún antibiótico en los meses anteriores. Esto era así tanto en las personas que padecían de verdad la enfermedad celíaca como en aquellas que solo quizá la tuvieran ( con una probabilidad del 60 y el 90 %), tanto en hombres como en mujeres, en gente de todas las edades, y para todos y cada uno de los antibióticos examinados. En las personas que recibieron más tratamientos , el riesgo era mayor. Como con el estudio de la diabetes, este tipo de congruencia era muy importante, no era un hallazgo. Lo más interesante para mí era que el metrodinazol (el mismo medicamento que Genia recibió repetidamente), que tiene efectos importante sobre las bacterias intestinales, acusaba la mayor asociación con la celiaquía. Las personas a las que se prescribió corrieron más del doble de riesgo de contraerla en comparación con aquellas que no recibieron tratamientos recientes con antibióticos.
Sin duda , estos estudios solo muestran una asociación entre el uso de antibióticos y la enfermedad celíaca.
Fuente SOS Microbios, Cómo nuestro abuso de los antibióticos aviva las plagas modernas.